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jueves, 28 de junio de 2012

Gestión del riesgo IV


La versión original en inglés está disponible en la página oficial del autor: Ray Barros .


En el último comentario completamos la fórmula para determinar el tamaño normal de la posición y ahora llegamos al “Flujo y Reflujo”.

Ya traté la idea brevemente el Arte del Tamaño de la Posición (en inglés) . Como dijo Pet Steidlmayer: "El Riesgo se gestiona con conocimiento – conocimiento de uno mismo y de los mercados". El Flujo y Reflujo descansa en tener una base de datos consistente.

La analogía que uso consiste en decir que nuestro plan es la orilla de la playa. El mercado adopta la forma de las olas que a veces cubren totalmente la playa (estado de flujo), momentos en que se retiran por completo (estado de reflujo) y otros que cubren la parcialmente (estado normal).

Cuando la marea cubre totalmente la playa son las veces que no podemos confundirnos. Todo lo que tocamos se convierte en oro. Estos son los resultados que algunos vendedores de sistemas y seminarios utilizan para vender sus artificios. Los has leído: ¡Mira! ¡Rentabilidad del 90% en sólo 3 meses! Insinuando que el "toque de oro" continuará.

Pero, por supuesto, no lo hace. Las olas empiezan a retirarse. Nuestro toque de oro se convierte en cobre – con algunas ganancias y pérdidas. Este es el estado normal.

Al final la olas se retiran por completo – nada de lo que hacemos sale bien (estado de reflujo). Vendemos y el mercado sube, compramos y baja. A veces parece que las pérdidas nunca cesarán. Pero naturalmente, este estado también pasa, y el ciclo entero empieza de nuevo.

Nuestra labor como traders es ser:

 1.- Súper agresivo durante el Estado de Flujo – Uso un tamaño doble al de la posición normal.

2.- Normal durante el estado normal.

3.- Ultra cauteloso durante el estado de reflujo. Empleo un tamaño de la posición que es la mitad del normal o dejo directamente de operar.


¿Cómo distingues en que estado estás? Necesitas guardar un diario detallado de tus operaciones y aprender a advertir las señales de humo. Un punto a subrayar: Siempre identificaremos con retraso el Flujo y el Reflujo. Sólo reconocemos el estado de reflujo después de una racha de pérdidas y el estado de flujo después de una de ganancias.

En el próximo comentario, veremos la gestión de la operación y cómo vincularla con el tamaño de la posición.


lunes, 25 de junio de 2012

Gestión del riesgo III


La versión original en inglés está disponible en la página oficial del autor: Ray Barros .


Veamos como cálculo el tamaño de la posición usando un criterio de unidades monetarias.

Los datos de partida son:

La ganancia media en dólares por operación.
La ganancia media en dólares por contrato.
La pérdida máxima en dólares.
La volatilidad del Mercado medida por la colocación del stop.


El proceso se desarrolla en 4 pasos.


Calculo las unidades para establecer la pérdida máxima:


Ganancia media por operación/Ganancia media por contrato. Por ejemplo, mi ganancia media por operación es de 12.000 mil dólares y mi ganancia media por contrato es de mil dólares. Mis unidades son 12mil/1mil = 12 Multiplicamos las unidades por 3 (como amortiguador frente a un Cisne Negro o Black Swan). En este caso, 12 x 3 = 36


La Ganancia media en dólares por operación es igual a las Ganancias Totales/Número de Victorias (operaciones que terminan en éxito). La ganancia media en dólares por contrato es la ganancia media en dólares de todas las operaciones que terminan con ganancias considerando que cada una de ellas tiene un único contrato.


Estimamos la pérdida máxima: calculamos la media y la desviación típica de las pérdidas. Nuestra pérdida no debería exceder esta cifra. Supongamos que nuestra media es de 9 mil dólares y la desviación típica de 6 mil dólares. La pérdida máxima será 9 mil dólares + 6 x 3 = 27 mil dólares. Normalmente redondeo en múltiplos de 5 o 10. En este caso la pérdida máxima sería 30 mil dólares.


Divido el resultado del paso (2) por el del paso (1). En este caso, 30.000 dólares/36 = 833 dólares. Redondeado, da una pérdida máxima en dólares de 850.


Los 850 dólares representan el riesgo normal de la posición y controla el tamaño normal de la misma. Supongamos que la diferencia entre el precio de entrada y el stop implica un riesgo de 400 dólares. Esto significa que podemos operar con 2 contratos. Si el riesgo de es 1.000 dólares, tendríamos que dejar pasar la operación.


La ventaja de este enfoque es que utiliza estadísticas de nuestra operativa. Pero tiene un inconveniente: No normaliza. Con ello quiero decir que asume, por ejemplo, que un movimiento de 800 dólares en el mini del S&P 500 es lo mismo que en la avena. Esto evidentemente no es cierto. Sorteo este problema incluyendo en mis estadísticas resultados ya normalizados usando el precio inicial de las operaciones.

Cuando lo hice por primera vez, encontré dos problemas que finalmente resolví. El proceso mencionado arriba es mejor, a mi parecer, que muchos algoritmos para la determinación del tamaño de la posición disponibles actualmente.

miércoles, 20 de junio de 2012

Gestión del Riesgo II


La versión original en inglés está disponible en la página oficial del autor: Ray Barros .



Los elementos de la Gestión del Dinero descansan en:


La Volatilidad del Mercado.
La Rentabilidad Esperada del Trader.
El Flujo y Reflujo de los mercados en relación con el plan de especulación del trader.


La volatilidad del Mercado se puede medir de varias formas. Por ejemplo:


El Ratio de Eficiencia de Perry Kaufman.
El Reloj de Ray Barros.
El Rango Cierto Medio, más conocido como ATR o Average True Range.
Las Oscilaciones Extremas de Barros.


Los conceptos de ATR y las Oscilaciones de Barros son útiles en las técnicas de determinación del tamaño de la posición. El ATR se emplea en el algoritmo de fijación de tamaño de la posición de las Tortugas y yo empleo las oscilaciones de Barros en mi propio enfoque para fijar la posición –que os enseñaré después-. La fórmula de las Tortugas es:


(% del Capital en Riesgo x Capital)/valor en dólares de ATR = Tamaño Normal de la Posición.


Pasemos ahora a la rentabilidad esperada. Veamos como la rentabilidad esperada juega un papel esencial en el forma en la que calculo el Tamaño Normal de la Posición. Esta fórmula puede expresarse de dos maneras:


(Beneficio Total – Pérdidas Totales)/Operaciones Totales 

(Ganancia Media en dólares x % de Aciertos) - (Pérdida Media en dólares x % de Errores)


Prefiero la última expresión porque subraya los elementos críticos esperados:


Beneficio Medio/Pérdida Media y el % de Aciertos/% de Errores


Por último tenemos la teoría del Flujo y el Reflujo -de las corrientes o tendencias-. El plan del trader es a la orilla de la playa como el mercado a las olas que fluyen hacia y desde la playa. A veces la marea cubrirá la playa entera. En esas situaciones no podemos equivocarnos (momento del Flujo), en otras ocasiones, las olas se retiran por completo; en esos períodos no podemos acertar (momento del Reflujo). Finalmente, se dan momentos (casi siempre), cuando la playa está parcialmente cubierta por las olas. En esos mementos, ganaremos unas veces y perderemos otras.

Esta teoría del Flujo y el Reflujo explica por qué los novatos la pifian. Empiezan a operar en un momento de Flujo e incrementan gradualmente su tamaño de la posición. Entonces las olas empiezan a retirarse pero los novatos no logran darse cuenta y mantienen un tamaño de la posición imprudente. Las victorias periódicas les convencen que su tamaño de la posición está justificado. Al final las olas se retiran por completo y vuelan por los aires.

El Flujo y el Reflujo juegan un papel importante en mi determinación del tamaño de la posición como veremos en mi próximo comentario.

lunes, 18 de junio de 2012

Gestión del Riesgo I


La versión original en inglés está disponible en la página oficial del autor: Ray Barros.


La Gestión del Riesgo tiene dos componentes: la gestión del dinero y la gestión de las operaciones.


La gestión del dinero tiene a su vez dos ingredientes:


Un aspecto subjetivo y Otro objetivo.


La gestión del dinero busca responder cuatro cuestiones:


Riesgo de Cartera: la máxima cantidad a arriesgar en cualquier único momento en todas las posiciones abiertas. Este asunto no existe si sólo se opera con un instrumento.

Riesgo por Operación: el máximo a arriesgar en cada operación.

Exposición Máxima por Operación: el tamaño de la posición por operación.

Incremento/Reducción del Tamaño: el proceso para aumentar o disminuir el tamaño de la posición.


En el aspecto subjetivo identifico dos factores. El primero es lo que denomino mi perfil de riesgo que me indica cuando es probable que rompa mi disciplina. Normalmente esto ocurre cuando tengo seis pérdidas consecutivas y/o una pérdida superior a 10% del capital. O cuando tengo una racha de victorias que generan una rentabilidad superior al 15%. Supongo que esto es lo que algunos llaman miedo y euforia. Sabiendo cuando estoy próximo a estos límites, puedo tomar precauciones para evitar incumplir la disciplina.



El segundo factor subjetivo es mi tolerancia a perder. Todos tenemos un límite de lo que podemos perder en una única operación y cualquier subida importante en el capital nos afectará. Por ejemplo, cuando pasé de operar con 100 millones a 250 millones de dólares australianos, descubrí que me había vuelto demasiado conservador y como resultado, reduje mi Rentabilidad Esperada. Podemos aumentar este nivel usando la teoría del cambio gradual: aumentando paulatinamente nuestra exposición al riesgo hasta alcanzar el nivel deseado.


Los factores objetivos se basan en tres ideas:

La Volatilidad del Mercado.
La Rentabilidad Esperada.
El Flujo y Reflujo de los mercados.

    jueves, 14 de junio de 2012

    Riesgo y éxito



    La versión original en inglés está disponible en la página

    oficial del autor: Brett N. Steenbarger .





    Se oye a veces debatir sobre si el éxito especulativo se debe más a las propias técnicas de trading o a la psicología. El éxito, por supuesto, corresponde a los dos. El punto donde ambos aspectos convergen es en la gestión del riesgo. Un gran porcentaje del éxito o fracaso en la especulación corresponde a este factor. Un nuevo libro de gestión del riesgo –que revisaré la próxima semana- explicaba, analizando tanto a traders individuales como a firmas de trading, que el 90% de todos los beneficios corresponden al 10% de las operaciones. A pesar de que a los traders les gusta pensar que ganan dinero en casi todas sus operaciones, la realidad es que una minoría de esas operaciones son provechosas -y son estas pocas pero muy rentables operaciones las que hacen que la cuenta de pérdidas y ganancias esté en positivo.




    El libro continua reflexionando que, sí el 10% de las operaciones suponen la mayoría de los beneficios, esto implica que la mayoría de operaciones tienen que ser "borradas". Una habilidad fundamental a la hora de especular es reconocer que una operación es equivocada antes de que perjudique a la cuenta de resultados. He visto continuamente a buenos traders salir de sus posiciones cuando las operaciones no se movían en la dirección esperada. Los malos traders sólo cierran su posición cuando la operación se ha movido en su contra.




    Y sin embargo es igualmente cierto que, si el 10% de las operaciones suponen la mayor parte de los beneficios, los traders deben estar dispuestos a conseguir operaciones excelentes. Esto no sólo implica encontrar el punto dulce donde puedes "limitar tus pérdidas y dejar correr tus beneficios", sino también estar dispuesto a operar con una posición lo suficientemente grande que te permita maximizar la rentabilidad de las buenas operaciones. Los peores traders que conozco arriesgan más cuanto peor lo están haciendo. Normalmente, acaban de perder en una o más operaciones e intentan ahora recuperar su dinero. Los mejores son capaces de identificar oportunidades de especulación extraordinarias –siendo pacientes a la hora de esperar esas oportunidades- y se apalancan en su justa medida para aprovechar el movimiento. Así es como 10 operaciones buenas más que compensan 90 en tablas o malas.




    Una de las historias favoritas que me gusta contar trata sobre un trader muy acreditado que prometió revelarme el secreto de su éxito. Esto, por supuesto, picó mi curiosidad y le pregunté, "¿Cuál es?". Me contestó con otra pregunta: ¿Qué proporción hay entre tu posición más grande y una normal? "De tres a uno", le dije. Sonrió. "Piensa mejor en un 20 a 1", fue su recomendación y formula del éxito.




    Creo firmemente en lo que me dijo. La razón por la que tiene tanto éxito no tiene nada que ver con encontrar un mejor oscilador, análisis de regresión o formación charlista. Tenía éxito porque tenía la habilidad de identificar –y esperar- las oportunidades particularmente rentables para entonces sacarles el máximo provecho. Aunque una variación en la fijación del tamaño de la posición de 20 a 1 está -ahora y siempre- fuera de mi alcance, todavía pienso que la regla es válida: el éxito depende, en parte, de aumentar el tamaño por razones lógicas, no psicológicas.




    Este es uno de los motivos por los que especular es tan difícil. Es una mezcolanza inusual de rasgos que le permite a uno ser prudente con el riesgo, deshacerse (en tablas) rápidamente de las operaciones que no se comportan como se espera y al mismo tiempo apostar fuerte cuando surge una oportunidad. Es fácil encontrar traders que tienen aversión al riesgo y se aferran a sus posiciones de uno y cinco contratos. También lo es encontrar traders que determinan el tamaño de la posición libremente, incluso en los momentos en los que están frustrados con la operación. Lo raro es encontrar la siguiente mezcla: la habilidad para aceptar y limitar el 90% de ocasiones que no funcionan, y al mismo tiempo apostar agresivamente por ese 10% de las veces en los que hay un movimiento del que beneficiarse.




    Lo que es cierto para el factor tamaño también lo es para el factor tiempo. Se puede aprender mucho simplemente identificando cuánto tiempo ha mantenido sus posiciones ganadoras y perdedoras un trader. Si se sale rápidamente de las operaciones que no van en la dirección deseada, el tiempo medio que está posicionado en este tipo de operaciones debería ser corto. En cambio, con los buenos traders, no es infrecuente ver en su libro de operaciones que el 10% de las mismas se han mantenido durante un largo periodo de tiempo. Estas son invariablemente las que contribuyen significativamente a la cuenta de resultados. Los traders realmente malos también muestran unas pocas operaciones mantenidas a largo plazo –siendo estas con pérdidas-. Pregunté recientemente a un trader por qué mantenía una operación durante un periodo inusualmente largo. Me miró con curiosidad y contestó: "Porque entré en el suelo". Estaba dispuesto a mantener una operación con sus altibajos mientras fuera en su dirección y siempre que no ocurriera algo que le convenciera que se había equivocado al identificar el suelo. Esa fue su única operación del día.




    Quizás sea una obviedad en todos los aspectos de la vida. Las personas que he visto han tenido éxito en sus relaciones personales y a la hora de ligar han estado dispuestas a tener muchos primeras citas pero no segundas o terceras. Se deshacen de las relaciones nada prometedoras y centran sus energías en el 10% que parece valen la pena. A menudo, ocurre lo mismo con la carrera profesional. Una persona con éxito puede involucrarse en 10 proyectos a lo largo del año y centrarse en una única iniciativa si esta produce resultados. Una empresa podría sacar al mercado diez productos y retirar nueve, ganando dinero en el que goza de aceptación. Incluso los artistas e inventores, como descubrió Dean Keith Simonton, tienden a mostrar profusión creativa, obteniendo su fama por unas pocas de sus obras que captan la atención de un público agradecido.




    Los traders de éxito gestionan el riesgo de su exposición a los mercados. Las personas de éxito gestión el riesgo de sus vivencias. No es sólo cuánto emprendemos, también cómo rectificamos en la vida lo que determina nuestra habilidad para beneficiarnos de los episodios prometedores que nos surgen en el camino.

    lunes, 11 de junio de 2012

    miércoles, 6 de junio de 2012

    El camino hacia el éxito pasa por el desapego


    Esta ley dice que para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo; renunciamos al interés por el resultado.

    Es grande el poder que se deriva de esto. Tan pronto como renunciamos al interés por el resultado, combinando al mismo tiempo la intención concentrada y el desapego, conseguimos lo que deseamos. Podemos conseguir cualquier cosa que deseemos a través del desapego, porque éste se basa en la confianza incuestionable en el poder del verdadero yo. El apego, en cambio, se basa en el temor y en la inseguridad y la necesidad de sentir seguridad emana del desconocimiento del verdadero yo.

    Renunciemos a nuestro apego a lo conocido y adentrémonos en lo desconocido, así entraremos en el campo de todas las posibilidades. La sabiduría de la incertidumbre jugará un importante papel en nuestro deseo de entrar en lo desconocido. Esto significa que en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio; que experimentaremos la alegría de vivir: la magia, la celebración, el júbilo y el regocijo de nuestro propio espíritu.

    La ley del desapego acelera el proceso total de la evolución. Cuando entendemos esta ley, no nos sentimos obligados a forzar las soluciones de los problemas. Cuando forzamos las soluciones, solamente creamos nuevos problemas. Pero si fijamos nuestra atención en la incertidumbre y la observamos mientras esperamos ansiosamente a que la solución surja de entre el caos y la confusión, entonces surgirá algo fabuloso y emocionante.

    Cuando este estado de vigilancia, nuestra preparación en el presente, en el campo de la incertidumbre, se suma a nuestra meta y a nuestra intención, nos permite aprovechar la oportunidad. ¿Qué es la oportunidad? Es lo que está contenido en cada problema de la vida. Cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio. Una vez que tengamos esta percepción, nos abriremos a toda una gama de posibilidades, lo cual mantendrá vivos el misterio, el asombro, la emoción y la aventura.

    Lo que resulta de esto es lo que denominamos comúnmente «buena suerte». La buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad. Cuando los dos se mezclan con una vigilancia atenta del caos, surge una solución que trae beneficio y evolución para nosotros y para todos los que nos rodean. Ésta es la receta perfecta para el éxito, y se basa en la ley del desapego.